Amando desde la distancia

09.04.2020

Querida Ana:

Ayer me hablabas del dolor que estás viviendo, de la tristeza que estás sintiendo. Qué corazón tan grande tienes. Hoy te admiro por esa capacidad de empatía. Por ese movimiento vital que hay en ti.

Desde mi casa no llego a esa intensidad, pero sí al clamor de súplica que en muchas familias y lugares se está viviendo.  Desde la meditación siento el fluir de la vida, siento la impotencia de mi  poder y a la vez la inmensidad de la Vida y del Amor. El interrogante grande de incomprensión ... el interrogante ante la Vida.

Sólo desde la humilde vulnerabilidad personal podemos mirar a la Otra Persona para llevarle la compasión sincera. Una palabra que no es otra que "Estoy contigo, no temas."  Porque en el último momento de Alguien lo más importante es la Presencia, Ser y Acompañar. 

Desde mi casa, desde mi Presencia te acompaño, te envío mi Amor, mi deseo de Paz, lo entrego a la Vida, al Impulso Creador, a Dios para que te llegue. Fluyo con ese impulso tan grade y misterioso que es La Vida, La Fuerza del Universo, La creación entera recreándose. Somos Vida, Somos Amor, Somos en Dios. 

Que La Paz y el Amor Sea allí donde estés.